martes, 8 de marzo de 2011

La Vergüenza Pública.-




Sabido es que los franceses no son muy constantes en el afecto, y sus relaciones con Galiano, María Antonieta, Robespierre, Platini o la casa Dior, se bifurcan según salga el sol, en amores y odios.  A John Galiano, el special one de la moda, ese gran científico del diseño por encima del bien y del mal del que hablan maravillas por sus malabares en la moda, sí,  ese tipo al que le dieron el porte de la bandera del renommée, ahora no le quieren bien. La privacidad de las personas, la tecnología y todo eso. Qué daño han hecho los chinos a la vida privada. Los chinos e Internet nos han jodido la vida. ¿Quién coño iba a saber antes acerca de lo que Wilde decía en una taberna, si no fuera por ese patán de Bossie que se llevó a la cama y todo lo chivaba? ¿Quién iba a saber de los exabruptos de Quevedo? Ahora la KGB y la CIA están por la calle, en cualquier esquina con una cámara, que ya habría de considerar el lesgislador como arma blanca, dispuestos a jodernos la vida. Que te lo cuente Paquirrín. ¿Y los campos de fútbol? Esos tristes empleados de oficina canturreando en masa la muerte de Mourinho, esos niños racistas insultando a Etoo, y esos mecánicos transformados en ultras con navaja, exentos de la deshonra social salvo cuando tiran una botella e impacta en la cabeza de un jugador. Normalmente todo pasa desapercibido, se trata de gente sin resonancia social, has de ser Charlie Sheen, Mel Gibson, Galliano o Ricky Gervais, para crear un Judas del siglo XXI, y la vergüenza pública siempre acabará acechando al mediático. No obstante de comportamientos bajunos, nuestra sociedad está plagada. Y a veces, son gente incluso simpática, crecidos durante el fin de semana por la masa y el alcohol. Si queréis reventar el país, sacad vuestra cámara en plan Europa Press. O aquello de Chesterton: ¿Es usted un demonio? Soy un hombre. Y por tanto tengo dentro de mí todos los demonios. 
Hasta que llegó un día en el que nos dedicamos a filmar la vida de los otros. Normalmente, por joder, y por venganza. Si no pa qué.









5 comentarios:

  1. ¡Bien, bien! Eres el Quevedo del S. XXI. Pero no te limitas a sucesos de la corte sino que te extiendes en tus ácidas críticas a todo el globo.

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  2. Ostras, Quevedo es mucho Quevedo, pero mucho. No te pases, artista.

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  3. Y también un poco por curiosidad, no? Que "semos" muy cotillas.
    Besos

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  4. uff... pero mejor ahora... que en la Rota de principios de los 90,s...

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