viernes, 23 de marzo de 2012

Creo que Dios es un Vibrador Gigante.-


Me he hecho famoso, pero no crean que es una popularidad de ésas de mesa camilla, caspa, tertulianos de Telecinco y Qué Tiempo Tan Feliz. No, no conozco personalmente a Kiko Matamoros, ni a Parada, ni tengo el más mínimo afán de mezclarme con los extremos de la ordinariez. Conozco algo por ustedes, y punto. Yo Soy Famoso en el sentido Universal del término, es decir, que me conocen en sitios como Carson City y ahora mismo puedo estar en boca de dos o tres millones de norteamericanos del mismo Estados Unidos. La otra noche tuvimos en el Royal Garden Hotel de Londres nuestra cena anual solidaria Unicef. Las viandas no son abundantes aunque la calidad es sublime, pero como bien dice Mariah Carey, no le podemos pedir a una cena filantrópica ponernos hasta arriba de carne de kobe y langosta de Canadá; hay que ser considerados. Y en fin, he decidido venir aquí para que sepan ustedes qué hablamos y qué hacemos nosotros, las celebrities. A la segunda disyuntiva les diré que trabajamos mucho la vida social y nos vamos labrando la vanidad en todas las fiestas de élite que nos reclamen (por supuesto no me refiero a esas fiestas españolas de la discoteca Gabanna, donde acude gente tan, tan, tan vulgar), es decir, si les sirve ese chascarrillo de que hasta el más tonto hace relojes, nosotros, valga el paradigma, somos los que cobramos por promocionar esos relojes que hacen los tontos y les vamos levantando el negocio delante de un buen photocall de Madison Avenue (por supuesto, entenderán que no me refiero a esos horrendos espacios que llaman photocall, en Madrid; Joy Eslava, Budha Bar, Pachá, etc. No, Dalái Lama nos libre de semejante ordinariez, porque no sé si lo saben, pero casi todos tenemos bastantes nociones de budismo tibetano). En cuanto a lo de hablar, básicamente hablamos de lo que nos sale de los cojones, no porque estemos por encima del bien y del mal, que también, sino porque estamos a años luz de sus realidades, y si ustedes algún día supieran que significa ser estereotipo o punto de referencia lo entenderían todo. Aprovecho para agradecerles que hayan magnificado nuestras vidas. Ahora les cuento, pues:
Charlie Sheen llega en su estado natural, es decir, borracho, con el pedal de los siete colores, y antes de tocarle el culo a Christina Aguilera, apura una copa de Moët et Chandon Dom Perignon 1996 con el meñique alzado (à la mode) , le pasa la lengua por el cuello, da un eructo de ostras y champagne y escucha su pregunta.
- Charlie, ¿dónde es este año el festival de Cannes? - Ya saben, a continuación le da una palmadita en el glúteo derecho, y le habla muy cerca.
- Oh, mi amor, Christina, deberías leer más a Aristóteles. Qué venga un jodido pingüino a rellenar las copas, Dios mío.
Britney Spears le palpa una teta, y le comenta que esa dureza es perfecta. 
- No me lo digas dos veces Chris, esas tetas son de la silicona baja en silicio de la clínica Palm Beach. Super.
Al ser un acto benéfico, nos sobrecoge cierta filantropía que nos dura ciertamente tres mintuos. Habla Mariah Carey, precisamente porque le interesa y además ha engordado veinticinco kilos en el último año. Está super neumática, y lleva la misma carrera que esa mindundi llamada Terelu.
- Cada vez que veo en la tele a esos pobres niños hambrientos del mundo, no puedo sino llorar. Quiero decir que me encantaría estar tan delgada, pero no con todas esas moscas y la muerte y todo eso. Pero yo, yo, yo adoro la delgadez...Realmente...
Charlie Sheen escupe un trozo de langosta americana y da la nota pidiendo un vodka cuando todos estamos a champagne. Ladea su culo hacia la izquierda.Todos nos tememos lo peor, pero nadie dice nada. De pronto hace movimientos muy nerviosos como Robert de Niro en Uno de los Nuestros cuando  repartía esas hostias que brotaban de la nada. Pues Sheen es parecido, en cinco minutos puede abrazarte, llamarte perfecto hijo de puta, ponerte una magnum en la sien, arrodillarse, llorar, autolesionarse, encender un cigarro, servirse otro vodka, hacerse un porro de mairhuana, insultarte, encender la tele para ver a los Lakers, volver a llorar y darte un beso en la frente. Así es el Charlie. 


 Habla Linda Evangelista.
- Yo no hago dieta, pero la verdad es que no como todo lo que me gustaría.
Sheen la mira con desprecio, y se pone metafísico. Vuelve a beber con el meñique alzado y hace gárgaras con el vodka.
- Sabéis, la felicidad está en la muerte, cuando el artista muere ya no puede cambiar, si lo pensáis, nos convertimos en fotografía y en celuloide, qué mejor que eso.
Habla Brad Pitt.
- Que alguien le quite el vodka a este borracho, por favor.
Angelina Jolie le pega patadas por debajo, y calma la fiesta. Dice que ve demasiado delgada a Jessica Simpson, y nuestra tejana favorita  entra al trapo.
- Oh, querida, soy de Texas. ¿Has visto alguna vez en tu vida una anoréxica de Texas? Nunca ha habido un solo problema de anorexia en todo el Estado de Texas, comemos a base de vacas, cerdos y maíz.
A continuación me susurra un comentario ciertamente jocoso: Mariah Carey debe pensar que la anorexia proviene de África y la contagian las moscas.
Charlie Sheen se está poniendo nervioso. Pide otro vodka y enciende un cigarrillo. Habla Brooke Shields.
- Oh, Charlie, fumar mata, si te mueres, pierdes una parte muy importante de tu vida.
- Toda, toda la vida, Brooke, no una parte, pero sería celuloide y eso me haría inmortal.
A continuación murmura: maldita zorra. Y acto seguido hablo yo:
- Charlie estás muy metafísico últimamente. ¿Te ha dado cita Dios? No será tu psicoanalista...
- ¿ Sabes? - da una calada honda al marlboro y un trago largo de vodka - Creo que Dios es un vibrador gigante, allá en el cielo, una fuerza vibrante de increíble energía.
No logro visualizar a un Dios todopoderoso en la magnitud de una gigantesca polla de plástico, y pienso que lo realmente vibrante es la cabeza de Charlie Sheen. Entonces, en ese momento, mi novia, Paris Hilton, que está muy reformada, me hace un guiño y nos vamos a tomar unas copas al Sheraton, y a poner a parir a todo dios (y me refiero a cócteles de noventa y cinco libras, no a esa guarrería de vasos de tubo que beben algunos de ustedes en los locales que frecuentan). Y luego, Dalái Lama dirá. Como decía Winona Ryder: cuando estoy mejor es cuando soy feliz. That´s right.

4 comentarios:

  1. BRUTAL, Javi, BRUTAL, los fluidos de Sheen, hahaha FJF

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  2. Es genial!!! Y me temo que las frases son reales (al menos la de Maraya me suena;). Tanta estupidez junta da para mucho! Cuando lo dejes con paris, avísame y llévame a una fiesta de ésas, que tengo ganas de glamour del bueno :P.
    Besos!

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  3. Un abrazo F, es muy guarrete, Charlie
    Lili, todo es real, pasó tal como lo conté. Algún día contaré mis episodios con Paris en el Sheraton, y cualquier día te fleto un avión a NY, cualquier día... bs

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  4. Todo un periodista Me encanta el sabor de tu blog

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