jueves, 27 de diciembre de 2012

La Realidad (11).-


La Realidad es un bar de la Corredera Baja de San Pablo donde le dan mucha importancia al gintonic y a la agitación mitad snob, mitad canalla, de cierto clan de Malasaña. Literatura, cine, moda, música; ahí nos tomamos las copas los aspirantes, y nos ponemos de vez en cuando estupendos, nos trabajamos la estética y la oralidad.
Después está la realidad. Una mentira tan perfecta que hasta parece verdad. Pero como toda mentira, es un espejismo. Ese es el motivo por el que  ustedes nunca han sido víctimas de un atentado terrorista, ni han sufrido un terremoto, ni tienen esclerosis múltiple, porque esas cosas siempre ocurren en otros lugares; y esa es la razón por la que ustedes están vivos y hay gente muriéndose todos los días del año a todas las horas del día.  No sé como explicarles. Van ustedes por una autopista, la puesta de sol parece una hamburguesa; la quietud del aire y la intensidad verde del paisaje les motiva. Es un día precioso y es suyo, porque lo viven. Pero hemos visto un accidente de tráfico, un par de cadáveres expuestos con unas mantas de la DGT, en la radio hablan de una mujer asesinada en Fuentesauco y nos hemos cruzado con cuatro o cinco coches funerarios; y curiosamente ustedes no van en ninguno de ellos. Nosotros no somos los muertos y son los otros los que tienen cáncer de pancreas, y los presidiarios. Por eso les digo que la realidad es un reflejo, una reverberación; no existe; hasta que un buen día la realidad dice que se quiere hallar y nos dice: aquí estoy, vengo con la Obra de la Tragedia. Belén me dice: y esto me lo cuentas a mí
Cuando Sidi volvió a Madrid le entregó el hachís a la gente del bar La Concha, con tan mala suerte que la emboscada le llevó a Alcalá Meco. Horror en caída libre. Belén es una filósofa del tiempo. El tiempo no corre en la cárcel, el tiempo es una cosa estática; no es como en las películas cuando los presidiarios tachan con una equis correosa e inquieta los días del calendario erótico. Y eso es malo; hacer un inventario númerico de la vida alarga el tiempo, es una condena. Igual en casa de Belén. La medida de movimiento entre dos instantes, pero eso ya se lo inventó Aristóteles. Ella no me sabe decir muy bien cuando sale papá Sidi de prisión. Y claro, yo lo entiendo; la cárcel y la justicia no son como las matemáticas. 


4 comentarios:

  1. Genial, pero pienso que el filósofo eres tú, al menos el divulgador e intérprete de todo eso; ella sólo es una más de las que van experimentando por la vida y aprenden a base de palos. Mala forma de aprender pero ya se sabe, el que no sabe carece de carácter impreso y se lo debe ir haciendo a sangre, sudor y lágrima.
    Los gintónic son claros y su sabor amargo y la realidad parecida o igual, a veces. La nuestra sobre la de los demás sucesos, es como ver los toros desde la barrera. Pero un día el toro salta la barrera y nos ocurre como en aquella foto al viejo alcalde Manzano con cara de terror; luego todo queda en un susto. Ésa también puede ser una realidad, no digo que sea buena, sólo otra.
    ¿Pero cómo evitar la tragedia para que no se pasee por nuestra acera? Mejor no ir a los toros, no subir en auto o coche (según estemos aquí o en ultramar), no caminar de noche, no vender sustancias raras, etc. Es posible que así nunca te alcance pero si padeces algún defecto congénito te pille sólo/a en el baño o durmiendo. Bueno, al menos no tendrías esa cara de horror de Manzano, con las manos y uñas en la boca, y los párpados ya estarían cerrados y no tendría que venir el rubio (del bueno, el feo y el malo) a pasarte los dedos por ellos para plegarlos...¿No te parece?
    La realidad es tan compleja que a los demás les pasan cosas...raras; a nosotros sólo propias. Pero pensándolo bien, ambas son idénticas en distintas personas.
    Al tiempo y una caña o gintónic…
    dl·JD

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    1. Dos citas de regalo navideño:
      La realidad es que los éxitos se los llevan los fuertes y el fracaso los débiles, y eso es todo. Wilde.
      El cuerpo humano no es más que apariencia, y esconde nuestra realidad. La realidad es el alma. Víctor Hugo.
      Y genial tu analogía con el gin tonic, teniendo cuenta que los gintonics también son un espejismo, que te van desbordando la mente según los bebes.
      Feliz Navidad
      Abzs

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  2. Me daré una vuelta por tus barrios bajos, esas anteriores donde relatas hechos trotados, de Belén y sin burra; ya te comentaré pues aún no he tenido mucho tiempo.
    Si ando con tiempo, desde mañana estoy en ello y hasta el dieciséis, me paso a verte y brindamos por este año en que los políticos tienen tanta credibilidad como Sidi. Pues ya lo decía Groucho, a su bigote, surgiendo de la nada hemos alcanzado las más altas cimas de la miseria...y el bigote al puro lo repetía como el eco. El puro echando humo se ruborizaba.
    Breves

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    1. Sin burra ni buey. Grande Marx (Groucho). Cuando quieras, aquí estaré, en la de Hortaleza, chupando horas como un cabrón (ja)pero aparentemente feliz.

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