miércoles, 19 de diciembre de 2012

El Parque y el Lujo (8).-


Me levanto temprano, aparentemente feliz a las ocho y cuarenta y cinco de la mañana, con la ciudad de after, de prensa y de jogging. Mi felicidad es instintiva y mi erección, involuntaria. Tablas. Y mi concepto de la vida sigue siendo dilatado, igual que mis venas a primera hora. Veo una paloma en el balcón y por un intervalo de cinco segundos pienso que es Dios dándome los buenos días, pero la alegoría languidece cuando aquella rata con alas planta el primer pino de la mañana, me mira con despecho y vuela a la juerga de las palomas al pie de un container de reciclaje orgánico. Hasta donde yo sé, Dios no descarga, y la Paloma imaginaria del Espíritu Santo tampoco cagaba. 
Me sobrecarga las emociones escuchar a Ronnie Foster (On the Avenue) y me decido a preparar un desayuno al estilo familia protestante americana, con café con leche en taza grande, tostadas, mermelada de tomate y zumo de pomelo rosa. Soy super snob cuando quiero; y me piro a la calle como si fuera yo el patrono de la ciudad, a verificar que todo está en regla. Antes le he dicho a María:  He pensado que la felicidad es una cosa que viaja de incógnito y no advertimos, salvo cuando un buen día la colonizas y te la quedas por unas horas, con consciencia. Ella dice que la mermelada de tomate está cojonuda. 
Me gustan los lagos grandes y moldeados salvajamente por la naturaleza, pero en Madrid no hay de éso. Está el Retiro; un remanso de verde turbio bastante rebosante de gente. Miro a los patos, que no saben si es domingo, lunes o Navidad, y viven como dios; y miro a los viejos matando el tiempo y los niños combatiendo la desgana, es decir ese déficit de interés por la vida cuando no hay un juego electrónico de por medio. Hay un músico tocando el violín, y creo que siempre quiso ser un virtuoso del copón tipo Niccolò Paganini, por el mismo motivo que creo que Belén a días quiere ser una pija futurista, y a días una puta de lujo. Yo siempre creo que la gente quiere ser lo que no es, siempre hay un listón más alto, porque la sociedad por si es ambiciosa, aunque trabaje poco para codicia. 
Cuando ha llegado María, hemos pedido dos tercios de Estrella Damn muy fríos, y un caballero español vestido de Fernando Rey en sepia nos ha dicho que el violinista tiene un oído absoluto, una entonación perfecta y una técnica de arco sumamente excesiva. Madrid es una amalgama increíble, un viejo afectado del siglo XVIII, una ecuatoriana metida dentro de Betty Boop, una vidente y un gitano rumano conviven en veinte metros. Luego, claro, el abismo de la especie humana. 
Le he preguntado a María por esa chica, Belén. Me jode cuando lava los platos sola, mucha lástima. Es muy maja, el niño es monísimo, ella está jodida, me dice mi partner . En un comentario fútil a veces se clava la vida, estoy pensando. Hay unos putos niños que son unos putos locos (vs cap 6); pintan las palomitas con rotuladores Edding, se las tiran a los patos, y creo que los van a volver espíricos. Esta vida no es el eliseo de los mitólogos griegos. Abro el periódico. La gente vende y delata.
Venderse está bien claro que no es difícil. Somos afirmativos ante un buen cheque y un hotel de cinco estrellas.  Pero la fortaleza, la resistencia radica en la memoria; no olvidar las carencias precedentes; hoy estás en el Palace, mañana estás en el Ritz y pasado en la pensión Paquita, famosa por la cucarachas y los hongos en las paredes, y aún así siempre habrá gente viviendo en la calle. Después están las personas y las realidades, y casi nadie merece lo que le está pasando; es decir que creo tanto en la suerte como en el trabajo,  y la vida pomposa es una coordenada con una antípoda mezquina. Todos miramos para adelante y no miramos atrás; o poco. Quiero decirles que el lujo crea miseria, no sé a cuanto de qué. Quizá algún día mi suerte sea su desgracia, o viceversa. ¿Nos vamos, Meri?




6 comentarios:

  1. El dinero ayuda no da la felicidad :O) Me encantan tus relatos de ratas voladoras jajajajaja

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    1. María, las que no dan ninguna felicidad son las deudas. Dinero - Desahogo - Confort Emocional - Acercamiento a la felicidad; soy un psicólogo barato, jaja

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  2. Estupendo relato. Bien contado ese despertar, amanecer "temprando" involuntario y temprano obligado, aunque lo tuyo es de rico (reyezuelo, cómo los pájaros) zarzuelo pues a esas horas hace ya que estoy trabajando. Hasta los primeros bostezos fuertes el cerebro no respira suficiente y de ahí que confundas a una paloma con el espíritu ese, pero te aseguro que si son vistos es porque son corpóreos y por lo tanto depositarios de egragópilas y otras calamidades. ¿No recuerdas las famosas lenguas de fuego? ¿Eran lo que dicen ser qué eran, o eran realmente eso?
    Creo, no recuerdo bien que clásico filósofo, tengo un maremágnum jónico en la cabeza tremendo de estos en la cabeza, que dijo lo siguiente: "El dinero no da la felicidad, pero calma los nervios"
    Luego, la frase tergiversó mucho aunque en esencia dice lo mismo.
    Lo cual me recuerda esa otra que decía: " Contra *franco vivíamos mejor". También tergiversó y se transformó en lo que se suele oír por ahí muchas veces y no merece recordar.
    [*Sí, con minúscula]
    Breves
    Salud y Libertad

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    1. De fuego hay muchas tragedias, como el bautismo de fuego del soldado; los ojos fogosos que uno no sabe si son de afectividad o enfado; palabra por tanto también muy desfigurada, y con esto a ver si entramos en calor, abz

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  3. Mi hermano está en Salamanca y por lo que me llega a mostrar a través de la laptop jeje me gustan los vecindarios. También va a Madrid y dice que es una mezcla del mundo entero, como un paradero mundial y eso me emociona porque si cada persona es un mundo imagínate su cultura!. Que chévere vivir en una ciudad que te sorprende cada día, sea por cosas buenas o malas, al menos te mantiene atento de forma involuntaria (como la erección jojo).

    Saludos!

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    1. Saludos, amigo, los vecindarios son entretenidos y tal...aunque a veces no sepamos quien es el puto loco,

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