Me gusta mucho el París actual. Adoro esa ciudad, los residuos de la boheme, las muchachas de los labios rojos, las braseries, Rue du Montergeuil, Saint German des Près, y esa conjugación de estética arcaica e innovación que tienen las grandes capitales europeas, pero mi gran delirio y aspiración histórica es una ficción imposible, y hubiera sido vivir el París de los años veinte y tomar copas con Scott Fitzgerald y Zelda. París era una fiesta. "Soy muy feliz antes de estar demasiado borracho", había dicho una vez Fitzgerald al modo confidencial, no sé si a la sombra de The Great Gatsby o Tender is the Night. En paralelo y con un siglo de retraso: lo había dicho Gallardón o Aguirre, pero podía haber sido Tomás Gómez o Lissavetzky . Soy muy feliz, os quiero, brindemos. Y a sus pies los ardores de la gente. Eran del Partido Popular, pero podrían haber sido socialistas. Eran políticos, pero parecían futbolistas. En cualquier caso, siempre son una banda de exaltados los que van a las sedes de los partidos políticos a celebrar los triunfos. Ahora espero tu disparo, claro. Principalmente porque provocan la vergüenza ajena que podemos llegar a sentir por los políticos, con esa insuflación que viene de la masa, henchidos ante vosotros de hedonismo y ego. Parece que os pagan, coño. ¿Os pagan? Creo entender que la aglomeración efusiva ciega al ciudadano. No sé como transcribir el sonido del aplauso, pero pongamos, plas, plas, plas... Queridos amigos, ahora subiremos los impuestos, nos venderemos a los bancos, triplicaremos el IBI, recuperaremos al Bigotes, instalaremos la pena de muerte, desaparecerá el Tribunal Constitucional,... Plas, plas, plas, plas, oé, oé, oé, Mariano, Mariano, Marinao. Pero podía haber sido José Luis. Hubiera dado igual. A un loco saltando con una bandera azul de un pájaro que come peces pequeños y basura, lo que menos le importa es el discurso. A un pirado con una bandera de un puño apretando una rosa, también. Una cosa es la fiesta de derrocar al tirano, y a otra muy diferente la fiesta de seguir igual, o parecido, una fiesta, diría con un matiz casi futbolero. O en plan Camps: os quiero un huevo. Génova era una fiesta, no especialmente bonita, como podía haberlo sido Ferraz, porque todo es feo de acá a un tiempo. La fiesta bonita era la de París en los años veinte, con Hemingway, Fitzgerald, Buñuel y alguna muchacha de la Belle Epoque, pero nos quedó lejos. A cambio, toda esta caspa, de gaviotas. Pero podía haber sido una banda de rosas farsantes. O de llaves nacionalistas. Da igual, más o menos.
Me han gustado las rosas farsantes y las gaviotas casposas, es todo igual, de mentira, b, Marta
ResponderEliminarA lo mejor en esto soy poco tolerante, pero aunque hay que mostrar respeto por lo que la gente decida hacer, como es este caso de que la gente vaya a Génova o a Ferraz a arengar a esta pandilla de incompetentes corruptos (todos iguales) me produce cierta vergüenza ajena y demuestra el poco espíritu crítico que existe.
ResponderEliminarPero bueno...será que esa gente gana realmente algo y por eso demuestran euforia...sino es incomprensible para mis entendederas.
Buen Post!
besos!
Tanto monta, monta tanto, sí.
ResponderEliminarAh, y compartimos el gusto por el París de los años veinte.
Me quedo por aquí.
Me uno a ese viaje al París de los años 20…
ResponderEliminardirty saludos¡¡¡
La misma piel, el mismo lobo, Marta
ResponderEliminarNo sé, yo no entiendo esos fanatismos de bandera, bss, Bolboreteira
Bienvenida señorita, bs
París, cómo no, bs
París es una fiesta muy bien lo dijo Hemingway y me quedo con ese encanto. Y el glamour de una escritura que se imponía y rompía estereotipos y formalidades. Es uno de los lugares que quiero conocer antes de irme de esta tierra.
ResponderEliminarMe gusta mucho este post y me uno a tu voz.
besos
A mi me da miedo, pero es que no hay mucha alternativa, si los del PSOE han privatizado, estos... buf!
ResponderEliminarBesicos
En vez de preguntarnos qué es mejor, nos preguntamos qué es lo menos malísimo. Así no se puede...
ResponderEliminarLo conocerás, Mixha
ResponderEliminarParecido, Belén
Así es la politica spanish, Cris
Nunca he entendido la fiesta asociada a la política. La democracia no es una fiesta, y mucho menos la que tenemos, en la que hay gente que realmente confía en alguien como Rajoy, en algo como el PP...
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