jueves, 26 de mayo de 2011

El After de los Domingos.-




Es curioso que los domingos por la mañana sienta cierto temor por salir de casa temprano, digamos a a las diez o las once. Por un lado porque alguna vez me ha vacilado de mala manera algún chapero rumano, y yo soy un heterosexual extremista, por otro porque no me siento activo de la fiesta after night y por tanto  no llevo grabado a fuego y garrafón el rostro de borracho zombie, ni tengo entre mis neuronas la manifestación psico-química de la felicidad en forma de píldoras de colores. No, no llevo esa heroicidad de la droga revitalizante, ni tampoco la resaca  de la muerte, y me apetece un carajo mantener cualquier palique fútil con cualquier héroe de la noche larga. No obstante, en esas segregaciones de la fresca dominical, se me presentó cierto día una muchacha bonita y triste, y como no era un chapero rumano ni un exaltado de la cocaína, sino una chica linda y melancólica, hablé con ella. Tenía veinticinco años, un hijo y un divorcio, unos ojos azules muy trallados y muy enigmáticos, y una melena tersa a lo Romina Power.  Llevaba la party en la mochila desde el miércoles por la noche. Y eso te mola, le dije, yo hubiera muerto el sábado a las tres de la tarde, si apenas me tengo en pié tras una farra corriente de cuatro y media de la mañana. Hay que querer vivir, me dijo ella, con la lengua pesada y la mirada extrañamente redonda, como dos huevos de reafirmación que poco o nada aseveraban. Pues eso, en unos segundos me percibí de que el enigma de los ojos estaba prefabricado, que había llevado el pedal de los siete colores, y hacía poco había tomado cualquier mierda energética, pero no por ello carecía de belleza. Luego me habló de su niño, incluso me enseñó una foto. Llevaba un pendiente, y el pelo radikal. Una especie de Jonathan de Jarraitz, y le dije: sí, muy mono, muy mono. En el retrato interior, vi a una figura infantil de la delincuencia. No sé si se parecía más a un cachorro de ETA o al Dioni ése de Camela. No quisiera yo a aquel niño que no había visto nunca para cuidarlo una tarde. La foto anticipaba peligro, y la mamá, cierta disposición a dedicarse profesionalmente a salir de fiesta. Estuve pensando en la droga, y en cosa muy raras como el pluralismo narcótico, la pose de la cocaína y toda esa vanguardia hedonista que tienen muchos drogadictos de fin de semana, y que apenas ellos sabrían nada de la vanguardia y del hedonismo, pero que a fin de cuentas les molaba molar con las sustancias, y a eso le llamaba yo poniéndome estupendo, vanguardia hedonista,  que viene a ser una deserción de la vida normal, una forma idiota de ser cool y mucho vacío, con efímeros intervalos de felicidad temporal. Vale, ya. Al rato, arrasó por la calle Hortaleza un Hyundai Coupe, se oyeron un gritos discrepantes y borrosos,  la chica saltó como si Iniesta hubiera marcado el gol del Mundial, y se subió al coche para seguir drogándose. Ni siquiera dijo adiós.
Y en fin, hablo en esta dirección, porque tengo yo por costumbre los domingos, irme de after desde la mañana,  por nueve o diez horas, por razones inherentes a trabajar los sábados, y en éstas andaba hace un par de semanas con María, y me encontré con una camarera de terraza que tenía el enigma en el ombligo, el hedonismo en el culo apretado por los leggins, el pelo frito mal agrupado en una coleta, unos ojos azules muy redondos, como de muñeca antigua y mucha mala leche. Necesitaba otra gran farra. O comprar la felicidad. 


7 comentarios:

  1. Buenísimo el paralelismo de la mamá de Jonathan, Marta

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  2. Yo también he observado eso, sobretodo la diversidad de caracteres y esa especie de bipolaridad del colocado cuando no tiene colocón, M. Bueno

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  3. Ay, pues yo siempre pienso en qué habrá sido primero: el niño kinki o la madre loca por culpa del puto crío...

    (Besito...)

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  4. Alguna mañana si que he salido a las nueve para hacer cosas, y la verdad es que alucinas mucho cuando pasas por según qué sitios...

    Besicos

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  5. Hay unos días que uno necesita estar de juergas y otros no asomas ni la nariz.besos

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  6. Un beso, Marta
    Pues sí M, descolocación y mala leche, bs
    No hombre, solo era una foto y mi consabida exageración, bs
    Sí, porque estás a otra película, bs
    Mixha, cierto, bs

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  7. Yo los domingos tan temprano es raro que salga de mi guaria.Pero recuerdo la época en que me acostaba tan tarde que me encontraba con los madrugadores de los domingo,yo era parte de la fauna dominguera.Que tiempos! :P

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