lunes, 16 de mayo de 2011

Amor Platónico y Masoquismo.-


Llevaba ya un tiempo con ganas de subirme a esta tribuna para tratar el amor sin recompensa, salvo la gratificación interior del masoquismo, es decir, el amor platónico, si bien tal vez no soy el más indicado porque no siento los malévolos dardos de Platón desde los trece años, y entonces igual mi opinión vale lo mismo que la de Falete sobre esquí de travesía. Pero desde fuera a veces se ve bien, y me voy proyectar con brevedad en estos asuntos. Lo intentaré para decir algo más allá de que el amor platónico es una putada. Que no lo sufra, no me exime de hablar, solo te pido que no me mires como a los gilipollas de las tertulias de la tele que hablan sin saber y sin que les pregunten. Solo eso. El amor platónico es un robo a mano armada, pero por omisión, un espíritu chungo de un ser bonito al que le provocas apatía, te desvalija el corazón, y a continuación te hace una cirugía plástica interior y te fabrica un sistema de propulsión de sangre gangrenada. Mientras, el espíritu maléfico se fuma un cigarro, se pide un gin-tonic y se dedica a ligar como pura mercadería de la noche. Ni siquiera le inspiras odio, le inspiras nada. No existes. 
Yo creo que el ser platónico inteligente, es aquel se enamora de un ser absolutamente inalcanzable, de esos con pautas de diosa, tipo Monica Bellucci, o de alguna belleza muerta, al estilo Mata Hari. Luego está quien se enamora de la profesora de hindi,  de su cuñada, de las estanqueras de Hortaleza, o de la novia de su amigo, y las alternativas se van complicando. Ya solo queda llorar y sonarse los mocos, jugar al cinco contra uno con esa quimera de barrio y volver a llorar, aprender a beber solo, escribir un mail de horripilante confitura, hacer poesía autodestructiva, drogarse, dar pena, provocar vergüenza ajena y barruntar la mierda del suicidio. En definitiva, quererse poco y tenerse por basura. Y me da a mí que la tristeza, al igual que el orgullo, también hay que calibrarla, principalmente porque la vida no es más que un mal cuarto de hora (Wilde) formado por momentos exquisitos. Vale.
También me parece que la opción correcta es enamorarse de la mujer  en sentido generalizado que viene a ser un platonismo global y parecido a ser un hippy guapo que trata de vivir  entre y del universo femenino, al modo canalla que tanto ha cautivado a la mujer a lo largo de la historia, salvando que no todo el mundo vale para aparentar desinterés y postulados platónicos siendo un auténtico jeta, pero reitero que me parece una disyuntiva mucho más interesante que enamorarte de la portera de tu edificio o de tu cuñada. Solo una cosa, el amor platónico tiene prestigios de excelente y perfecto, porque no es amor en sentido real, ni tiene sexo, ni facturas,  ni cuartos de baño y legañas en los amaneceres de Madrid. Solo tiene a un ignorante de la existencia del otro, y a un inconsciente jodiéndose la vida. Siempre he pensado que Freud habría mandado al carajo a Platón, pues en el siglo XX ya nadie quería vivir del aire, los ideales y del amor compasivo. Pues eso.


P.D.- Sí, Bellucci es para platónicos inteligentes y con un admirable gusto.

 .

9 comentarios:

  1. ¡Que buen libro te va a salir con todo lo que estás escribiendo aquí! La cuestión es...cómo organizamos todo este material ¿Capítulos temáticos? ¿Por orden cronológico? Algo habrá que hacer

    ResponderEliminar
  2. ¡Jajaja! ¡qué excelente ensayo acerca del amor platónico! Interesante y divertido, lo que se agradece enormemente en estos tiempos sombríos. Mata Hari, la Belluci... qué más da. Realmente una no decide de quién enamorarse o no. Ya lo dijo Manuel Molina (Lole y Manuel): "y qué culpa tengo yo, si yo no puedo remediarlo. Que te quiera es imposible, porque yo, en mi corazón no mando".
    Besos fuertes.
    Carmen K. Salmerón.
    http://gastronomiaflamencopunk.wordpress.com/2011/05/13/pisto-so-far-so-close/

    ResponderEliminar
  3. Yo me enamoré perdida y platónicamente del saxofonista de Sade. Pero es que lo agregué a mi facebook te lo juro y ahí sigue jajajaja soy mu gili, me encanto.
    Nunca me he enamorado platónicamente de alguien a quien pudiese acceder, quitaquita, siempre existe la posibilidad de k haga caso. Los amores platónicos no defraudan, éso los hace grandiosos,
    besis

    ResponderEliminar
  4. Me financias? abz
    El corazón va a su bola, Carmen, bss
    Ve a buscar a ese saxofonista y muestra tus credenciales, Jeza, bss

    ResponderEliminar
  5. Comparto lo de la Belucci, aunque después de lo leído, espero no volver a enamorarme platónicamente en mucho tiempo... buenas reflexiones...

    dirty saludos¡¡¡¡¡¡¡¡¡

    ResponderEliminar
  6. Muy bueno, el amor platónico inteligente, Marta. Bs

    ResponderEliminar
  7. Pues yo nunca he sufrido por un amor platónico. Los que me han hecho sufrir estaban mucho más cerca, los cabrones...

    (Besitos)

    ResponderEliminar
  8. Bss Dirty, que el amor platónico está bien, hemos dicho
    Bs, Marta
    Los amores cabrones, duelen, claro Cris, bss

    ResponderEliminar
  9. Yo pienso que todos en algún momento hemos sufrido por un amor platónico de algún modo. LO que varía es la forma como lo vemos, unos lo entregan todo como algo de lo cual pendiera su vida y otrso simplemente lo asumen como tal, buen texto, muy interesante, besos

    ResponderEliminar