domingo, 6 de febrero de 2011

Los Árabes, la Democracia y Chopin.-

La "Santa Alianza Árabe" anda más revuelta que Chiquito con diarrea, en especial Arabia Saudí, que tiene una gastrointeritis aguda de puro terror por la rebelión de Egipto, por el tema vírico y el contagio, claro, no obstante tienen fe en la resistencia de Mubarak. No les queda otra. Al faraón de los huevos habrá que echarle a hostias, eso está cantado, queramos o no, no va a abandonar el barco de primeras, le están fabricando una tormenta tropical y caerá por si solo.  No está siendo fácil, llueve a cántaros y hay olas de cuatro metros, pero la contraofensiva de choque de Mubarak dificulta la labor de un pueblo en el que han salido ingenieros de tormentas hasta debajo de las piedras. 
No le vale a Israel y a los países de la Santa Alianza Árabe, que Estados Unidos, la Unión Europea, Turquía e Irán condenen la represión y se acuerden de los muertos de Mubarak. Le quieren bien al faraón, incluida China que adora al que paga, y tiene vínculos de 7.000 millones dólares. A China le resbala Mubarak, el islam y la mierda esa de la Alianza Árabe. Por descontado. Puro bussiness.
En Egipto, el sector laico que mira hacia Europa y le pediría autógrafos a Merkel, reclama una democracia sin chavismos y sin verdades a medias. No una porquería de democracia latinoamericana. Y todo eso de la libertad, los derechos humanos y las garantías sociales les suena a música de Chopin, salvo que en Egipto muy pocas veces ha sonado la Tarantela, y tardará en sonar, y ni papá ha sido Bienestar, ni mamá, Democracia. Huérfanos de un desamparo escandaloso. Les queda trabajo, no crías ahora tan fácilmente a un hombre de 30 años que no ha visto a su padre en su puta vida, por mucho que se llame Bienestar y se apellide Social. En Iraq, la transición  demócrata está siendo caótica, demasiados tambores y poco piano. A Chopin ni le entienden, ni le quieren mucho.




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