jueves, 13 de enero de 2011

Psycho Arizona.-

Como era de esperar, y como ocurre aquí cada vez que un etarra la lía parda o hay una tragedia masiva de esas con sangre a borbotones, ha lugar al triunfo del cinismo. Esas horas reflexivas y extrañamente sentimentales. Unas horas más tarde los políticos se volverán a odiar y a jugar a su Gran Hermano particular. El mundo aprende poco, y avanza menos. Los políticos lo saben, y les conviene. Ahora tenemos un referente en Arizona. Los políticos de Estados Unidos han estado un rato  en paz y en fraternidad, todos introvertidos, tristes y calladitos en la escalinata del Capitolio. Mañana ya habrá tiempo de volver a la agresividad verbal, y a revolver al personal. El personal, sí, esos ciudadanos norteamericanos tan fáciles y sensibles a ser jaleados, de venas hinchadas en el cuello, de tanto patriotismo y tanta idea grabada a fuego en la piel. Ni siquiera habían enterrado a los seis muertos, y ya estaban repartiendo culpas. Aparece en escena Jane Fonda, la Bardem de Hollywood, esa que doblaba tan bien el lomo con el aerobic y le echa la culpa a Palin por sus famosas dianas sobre aquellas localidades donde había que arrebatar el poder a los demócratas y percibe gran apoyo en el mundo internauta. De aeróbica a activista política, a alentar al ciudadano, con los muertos frescos. Qué bien. Ah, que los demócratas habían hecho igual con los republicanos en 2004. Lo de siempre. El patio se revuelve.
Poco sabemos de los antecedentes del tiroteo. ¿Acaso no hubiera tenido lugar si los políticos hubieran estado más calmados? Posiblemente no, o posiblemente sí, porque no olvidemos que la masacre ha sido obra de un canalla muy chiflado, muy psicópata y muy hijo de puta, Lougher, que la iba a liar a la mínima que le tocaran un poco las pelotas. Y siempre hay algo o alguien que le toca las pelotas a un psicópata. Siempre. A un psicópata se le revienta la sangre de las venas por ver a un negro conduciendo un porsche 924, por poner un ejemplo. Poca cosa necesita para matar.
De igual forma, la derecha más terca de Estados Unidos, también es sensible en exceso y habla alto y mal. Grosero. Para ellos la culpa es de los demócratas, y cómo no, de Obama, ese judas de la patria y camarada de los terroristas, protegido de esa conspiración cósmica que le esconde como extranjero en Estados Unidos. ¿No hay algo de neura nerviosa y psicópata en estos aliados de los birthers? ¿No saben la que se puede desencadenar acusando a Obama de traición a la patria? ¿Acaso no se está engendrando violencia? Y además, cómo si tuvieran pocos psicópatas por metro cuadrado los yankis.



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