lunes, 17 de enero de 2011

La Pócima Mágica.-


Facebook o Tuenti o cualquier herramienta de éstas de interacción social, ligoteo o esparcimiento de bufones te tiene agarrado de los huevos o del cuello de la solapa porque a ti te da la gana, salvo que un hijoputa te etiquete borracho en aquella foto de las seis de la mañana de la boda de tu colega. Hace un par de días me lo contaba la hija de una amiga. La chica en si, de unos diecisiete años tenía una compañera de su misma generación, que follaba sin condón y anunciaba en su muro FB que ya tenía la píldora del día después. Guay, estoy super contenta, encontré la píldora, y me la tomé, guay, a celebrarlo en Nature. No creo que mole mucho tomar la píldora, ni que haya que darle publicidad al tema. En este álbum de fotos de toda una vida que es el Facebook. habían visto a la super-feliz de la pastillita sujetando un globo rojo, parecido al que debía haberse puesto su camarada de cama. Se divertían en una manifestación anti-aborto, con banderas de España, curas, pins del pp y pijos de ésos bitelmaníacos. Debajo los incisivos comentarios que ella se había pasado por el forro de la hipocresía. Aborto: crimen. Él no lo haría. Nunca mataría a la criatura de mi vientre. 
Claro, no hace gracia engendrar una criatura con diecisiete, cuando quedan muchas copas por tomar, muchas fiestas de la espuma y de flower-power y muchos polvos precavidos o imprudentes. Un mocoso corta el rollo. Ni siquiera daría libertad para sujetar el globito de los anti-abortistas. Ella siempre recordará lo libre que se sintió aquella mañana de aquel día a esa hora en la que tuvo en sus manos la pócima mágica, la medicina que quebraba la barrera del futuro. Y luego se fue de manifa

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