domingo, 19 de diciembre de 2010

Toros Bravos y Toreros Cobardes.-

Los toros son la fiesta más culta que hay hoy en el mundo” Federico García Lorca

Que nadie se ofenda, y si fuera así, es su problema: Estoy a favor de las corridas de toros. Apenas controlo más vocablo que el relativo al natural, el muletazo, la estocada y la verónica, y sería osadía e impertinencia por mi parte decir que entiendo de toros, cuando cualquier viejo del lugar, llámese Maestranza o Ventas, me desarmaría con sus argumentos de tauromaquia, si bien he asisitido en numerosas ocasiones a las corridas de toros y he sentido la emoción y el arte de un hombre tembloroso y lento frente al animal, porque a mí me gustan los toreros cobardes y los toros bravos. Creo que en la cobardía y la bravura está la sensibilidad de este arte. Para meterse pitones en la boca, arrodillarse y tocarse los testículos ante el toro, está el descaro y la valentía con un matiz esperpéntico, pero no lo llamen toreo, sino fantochada de circo. Algo burdo.
Haciendo memoria, he visto algunas cosas interesantes en los toros que no he olvidado: toreros flemáticos en la tensión con la muerte a un centímetro del corazón,  impasibles, toreros temblando en mitad de sus convulsiones dibujando naturales de mucho miedo y mucho arte, toreros violentos y nerviosos librando miserables bajonazos, toreros irrespetuosos, toreros llorones y toreros valientes. Y he oído palabras tremendamente bonitas en los toros: temple, arte, maneras, coraje, muerte, zaíno, bragado, tablas, albero, coso, suerte, dignidad, y vergüenza, por ejemplo. Tienen buena literatura los toros, en parte gracias a  la belleza de su lenguaje, de la que poca gente dudará. Son una fiesta culta, como apuntaba Lorca, y son una fiesta moral, de acuerdo a Hemingway."Es moral lo que hace que uno se sienta bien, inmoral lo que hace que uno se sienta mal. Juzgadas según estos criterios morales que no trato de defender, las corridas de toros son muy morales para mí". Y yo comparto las dos aseveraciones.
No obstante, no todo es bonito. En la acera de enfrente, los arrabales de la fiesta, lo grosero. Los payasos y la función. La risotada soez. Enanos con traje de luces,  toritos drogados, torpes y heridos ante la barrera metálica, público chabacano e insolente. Ahí no hay hechizo, ni arte, ni maneras. Tampoco lo hay en los toros embolados, de la Vega, de fuego, de los dardos, de la soga al cuello, del chapuzón en el embarcadero, y de tanta fantochada rural  de alguna chusma flotante en el universo. La diversión de la tortura mezquina.
Un toro no nace para morir así, en un lugar de mala muerte con gente de mala muerte. Un toro de lidia nace para la buena vida en la dehesa y para morir matando, como cantaban los Tigres del Norte, para verse libre en el campo y para enseñar su coraje y citarse con la muerte en una plaza de toros a las cinco de tarde. No viene a la vida para morir en una fiesta vulgar, o en un matadero, o enjaulado y reventado como una oca o decapitado como un pollo, o en procesión de matanza como un cerdo. Un toro ha de tener una muerte bonita, y de vez en cuando ha de matar al torero. Para que el duelo tenga sentido. He ahí el hechizo, el rito, la fascinanción del duelo con la muerte, cuando uno se asoma desde la ventana de un coso y observa a un hombre que puede irse a buscar las tablas en pleno proceso de creación de arte. Eso lo justifica todo, entre otras cosas, la muerte de uno de los animales más bellos, nobles y valerosos del universo. El resto son patrañas, folklore rural, tortura, política  y burdo nacionalismo. Que les aproveche el fuet, el micuit de oca y las alitas de pollo.

5 comentarios:

  1. Que loca que estas patetica, ya le queda poco a esta fiesta de mierda

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  2. En cualquier caso, loco, eres muy original

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  3. No hay nada hermoso en la muerte, aunque sea gloriosa ni belleza en la tortura. Si quieres sangre y belleza ve a las iglesias a ver los cristos agonizantes. ¿Has entrado acaso en el club de los sadomasoquistas religiosos? ¿Te incluyo en el grupo de los que también van al rocío? García Lorca y Hemin-guay escribían bien pero eran unos bárbaros, uno de ellos más sensible que el otro. Como diría mi yerno el sudaka...¡Mal, muy mal!

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  4. Opiniones, pero no olvides la muerte del cerdo, pato u otro animales de granja o nave industrial. No obstante, a los políticos catalanes, te aseguro que les importaba poco la tortura, eran otros motivos de sobra conocidos

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  5. Ahora muchos subís a este puto carro de lo anti-taurino, cuando os ha importado un carajo en otra época,y vais todos en bandada. Mientras coméis pollos hormonados y torturados en naves industriales, foie derivado de tortura, jamones de cerdos torturados en la matanza, y tantas otras cosas. Coméis de la tortura, Justo, no lo olvides. No me compares eso frente al sufrimiento de un toro. Lo identificáis con otras cosas que nada tiene que ver con el animal, y por ahí vas mal, muy mal, como diría tu yerno

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