miércoles, 15 de junio de 2011

Los Aventureros de Cuarenta.-




Decía Víctor Hugo que los cuarenta son la edad madura de la juventud, y si bien fue un emblemático escritor de la indignación francesa en plan a lo bestia no fue lo suficientemente profético y entre Les Misérables y Les Contemplations ningún iluminado del siglo XIX le habló del futuro y de lo que acontecería entre la estirpe cuarentona, ni le contaron que existirían Pipi Estrada y Pocholo Martínez Bordiú, que Jimmy Giménez Arnau seguiría siendo inmaduro con sesenta y ocho, y que Nabokov revolucionaría la literatura de las ninfas de seda y los cuarentones extraviados.
125 años después de su muerte rebasar los cuarenta tiene otras emociones que aventura en muchos casos un retorno de la adolescencia y la vida ridícula. Los hombres (yo no he sobrepasado tal barrera) nos dejamos barba, nos hacemos un blog de chorradas como éste, nos compramos un coche deportivo, nos apuntamos a un curso de surf con la talega rebosante, nos hacemos resentidos sociales y escuchamos música indie. Las mujeres, siempre más listas que los hombres, empiezan a leer literatura buena, cosas sensibles de Murakami y de avanzadas como Virginia Wolf, pierden los rubores, se renuevan en eso que llaman la belleza inteligente, se desprenden de toda limitación sexual y se ligan al profesor de tenis. Yo creo que los cuarenta son un acceso de vigilancia ante ciertas tinieblas que no son otras que la enfermedad y la muerte, y una prueba evidente de resistencia ante el implacable devenir de los años que conlleva todas las intenciones de regresión a aquella época en la que realmente éramos jóvenes y guapos. Pero siempre nos quedará George Clooney, o Monica Bellucci, o Russel Crowe como efigies lejanas de las regeneración de la belleza, para aquél que quiera reconstitución. Salvo que tales disciplinas de la estética no son más que apariencias. Sí, apariencias, la inmortalidad no existe desde que Highlander se extinguió del planeta, y queridos jóvenes del mundo, de piel tersa y belleza nabokiana, tal vez penséis que miento con esta paranoia de pureta ante tanta rebosante hermosura al estilo Dorian Gray, pero os aseguró que algún día seréis viejos y el hedonismo perecerá. Yo también pensé que siempre tendría la piel brillante y la juventud en la mochila, y creo que aún lo sigo creyendo. Siempre me han gustado ciertas apariencias, porqué no decirlo, para sostener la vida, lo malo es que parecen, pero no son, y eso sí es una verdad pesada, pero somos aventureros recuperando los tesoros robados.

8 comentarios:

  1. jajajaja, muy pintoresco, qué sarcasmo, mola. Marta

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  2. Ay aquel verano azul...., todo lo que dices muy cierto! Un beso x. (P.D. Dile a Maria que no se pierda nuestro encuentro de "los 40" este verano)

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  3. Pero si la edad es un estado mental...no??

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  4. Estoy de acuerdo con Jezabel la edad es un estado mental, Siento como si me hubiera leído la mente, jo
    la renovación debe ser constante en todo momento. En caunto ala edad precisa, he conocido tipos de 40 o más que se comportan como chicos de 18 y son tan volubles como uno de 15. Y mujeres que al llegar a los 40 piensan que cumplieron 70 y se tiran a morir y las hay que se descotan (uso esta palabra en honor de las desapadas). Pero por suerte los y las hay que maduran con belleza e inteligencia y depuran las mocedades de tiempos pasados con mucha cordura y gran entusiasmo, dándole bríos a lops nuevos años que vendrán.
    Me encanta esta entrada,;)

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  5. quise decir: destapadas (jaja, disculpa los errores de tipeo)

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  6. Yo creo que el que es joven, lo es hasta el infinito... y el que es viejo, lo es desde los once años...

    Brindaremos por los cuarenta

    Besicos

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  7. Un beso, Marta
    Vale, Jeza, un estado mental, y una putada. bs
    Mixha, ojalá mucha gente viera el horizonte, bss
    Chin, chin, Belén, pero aún no los tengo, bss, me queda un tiempo

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  8. En esto de las edades hay muchas barreras psicológicas, como los 18 o los 25 o, como tú dices, los 40. En cualquier caso, envejecer es una putada (con perdón). Servidora vendería su alma al diablo con tal de ser siempre joven, pero por ahora no me devuelve las llamadas.C'est la vie.

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