lunes, 18 de abril de 2011

Algunas Informaciones de Chueca.-



Llevo diez años viviendo en Chueca, y aún así no sabría registrar en un par de palabras nuestra relación de largo recorrido, más allá de calificarlo como barrio raro. Teniendo en cuenta que decir raro es como decir nada, incluso la normalidad es extrañamente excepcional. Raro. Porque Chueca es muchas cosas, y al mismo tiempo no hay una entidad determinante. Obviamente es un barrio de acogida homosexual, para todos los que previamente habían sido maricones en las recónditas provincias, y en los territorios de machos de América del Sur, Filipinas o Rumania. Chueca otorga la licencia gay a todo aquél que arriba a puerto con los dolores de la fustigación precedente, y vuela como polilla mágica sobre el vergel de sus calles, un nirvana de desintoxicación y pureza, lejos de la  prisión ancestral y bochornosa. Chueca es un barrio de señoras con reuma y varices en las piernas, que le echan la bronca a los chinos por vender más caro que en el mercado, de señores mayores que le hablan al estilo sioux y alto a los chinos, como si los chinos fueran sordos, o tontos del culo. Tú ser caro, en otro lado, litro de leche más barato. Un barrio donde seguramente habiten los homosexuales más estridentes y horteras del planeta tierra, y los chaperos acechan en las esquinas con hambre y camisetas negras, y recias cadenas de oro. Parecen futbolistas de Primera División. Chueca es también (principalmente en su plaza) paraje neurálgico del mendigo cervecero, el hippy flautista, el transexual anacrónico y el perro agresivo, canes que acojonan. No , en Chueca no hay mucho can dócil de homosexual refinado, abunda el chucho indómito, cuyo amo de raza sórdida, no sabría catalogar, gay, hetero, hetero-gay, skin-head, pederasta, camello. Cualquier cosa. En Chueca se come francamente mal, salvo un italiano, un par de japoneses y un par de tabernas de toda la vida, la cocina en su vertiente infame es o bien casera de batalla, o prefabricada de diseño. También es un lugar donde se concentran más de un millón de personas en el mes de junio, para venerar la homosexualidad, y todo se llena de osos, lindas lesbianas, lesbianas menos lindas, gays enrrollados, gays menos enrrollados y de gente anfibiológica, que abre las puertas del armario Krojen del Ikea, para desparramar y evadirse de la incertidumbre, felices hacia la condición sodomita. Fiesta en la cual no fallan dos acontecimientos: la gran mamada (en lo relativo a borrachera) de Jorge Javier Vázquez y el ego alcista de Zerolo. Chueca es un pueblo de Madrid donde saludas a mucha gente y tienes amigos gays,  y amigos muy maricas, y te paras con las señoras de las varices, y con los mercaderes de la calle Hortaleza, y con todo dios, por su carácter de pequeña patria. También es frecuentado por rumanos que contratan transexuales drogados (http://janpath-broadway.blogspot.com/2011/03/los-lunes-felices.html) y por rumanos que roban, y por rumanos que recogen chatarra, y por rumanos que limpian las cristaleras de los escaparates, y por rumanos que venden mecheros, y por rumanos que piden, y por los que directamente te atracan. En Chueca encontrarás la peor heladería de Madrid, el peor mexicano, la tienda de ropa de hombre más horrible del mundo, y de igual forma una prodigiosa pastelería y una buena tienda delic, que debe ser la única sobreviviente, pues bajo el famoso axioma de los gays son unos sibaritas y unos epicúreos del copón fracasaron unas cuantas. La bodega Ángel Sierra, en la plaza de Chueca, está bien para un par de cañas, pero sus camareros son de índole muy, muy imbécil, sobre todo el del bigote.  En Chueca hay alardes neoyorquinos, que se quedan en pretensiones estancadas, y estancados viejos con alardes de homofobia, y alardes muy viejos y pasados de moda sobre la defensa homosexual (comentario en algún momento reflejado en alguna taberna por algún amigo gay). Chueca es un barrio imposible de fabricar, porque siempre hay alguien emperrado en desbaratar los ciclos emergentes. Chueca es una entelequia que siempre está resurgiendo. Y luego hay pirados como yo, con un poco de mala hostia y ciertos alardes, pero delante de un papel.

7 comentarios:

  1. Ratifico tus valoraciones, Javier, interesante crónica. M

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  2. Éste es de leerlo tres veces, qué wenooooooooo
    "...parecen futbolistas de primera división" jajaja me parto, k grande
    Besazo

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  3. Pues bien, M.
    Jeza, paracen Dani Alves, tía, o Adriano, esos futbolistas tan maquis de la liga. besazo

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  4. me encanta tu descripción, me imagino allí viendo todo ello. Gracias por compartir. Un beso

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  5. Por suerte o por desgracia, he trabajado en todo tipo de barrios de Zaragoza... y la verdad es que te doy la razón, hay sitios que son tan pintorescos, que le pillas el punto y les coges cariño...

    Besicos

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  6. Al leer lo de los viejos que hablan alto a los chinos y con infi nitivos me he acordado de tu abuelo. Llegó una excursión de extranjeros al campo con alguna extraña relación con Adenex y por tanto con tu prima Carmen. Al frente de los chicos venía una guiri madurita y tu abuelo estaba en la puerta a recibirlos y gritó a la guiri ¡Tu ser la jefa, ¿No? Faltó que dijera aug! y levantara la mano derecha haciendo el saludo de los Kiowas de las películas.

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  7. jajaja, pero él tenía mucho arte, y mucha gracia. Toda la del mundo, y además, eso del talante, lo llevaba innanto

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