martes, 30 de abril de 2013

El Hombre Que Susurraba a los Maricones.-


Él los calificaba así, maricones, bujarrones;  yo diré que siempre pronuncio el término gay cuando hablo con la población hetero, y bastante a menudo el término maricón cuando hablo con mis amigos gays. Todo en un reverso consciente y reflexivo. Porque a los maricones les gusta el término maricón en grado de confianza, es decir que en este momento estoy escribiendo para ellos. 
Su asiento estaba a la izquierda de donde íbamos acoplados María y yo, y delante del hombre que susurraba a los maricones estaba la pareja de gays; ahora escribo para ustedes. 
Los gays se lo pasaban bien y se llamaban Borja y Eliseo, que vienen a ser, entiéndame, dos auténticos nombres de maricones; se hacían carantoñas, eran zalameros de alta graduación y se llamaban el uno al otro con esa ordinariez de cari. El hombre de vez en cuando les susurraba un runruneo al modo miren a ver si se pueden comportar que hay niños delante; y una vez que volvió del cuarto de baño con dos gotitas de orina en el pantalón beige de tergal les señaló con un dedo inquisidor y les fiscalizó de nuevo la actitud: vergüenza, vergüenza deben sentir ustedes, qué poco respeto. Lejos del desánimo los gays se exhortaban nuevas excitaciones y entonces sí que se comportaban como auténticos maricones de Trebujena. Les diré que el recuerdo me viene con media sonrisa y mi absoluta tolerancia con las diferentes maneras de amarse y apagarse los fuegos, aunque tenga mis discrepancias por términos como cari o zorrón. 
Cada tanto el señor susurraba y a Borja y Eliseo se les aguijoneaba el vello de los brazos y se estimulaban en mitad de los cielos y esos leves rumores inquisitivos del hombre que susurraba a los maricones.
Entonces el avión estaba volando, pero como el ratio de accidentes en occidente con perdida de aeronave por cada millón de vuelos es de 0,71, lo más frecuente del mundo es que un avión deje de volar una vez que ha aterrizado en perfectas condiciones; es decir que los aviones se paran con la gente viva dentro. 
Fue cuando los susurros se transformaron en gritos.
- Qué hijos de puta, la madre que los parió, todo el viaje metiéndose mano los maricones, joder, qué poco respeto hostias.
Borja y Eliseo ahora sí sintieron cierta humillación y trataron de huir con el rabo entre las piernas; la salida estaba bloqueada y el hombre gritaba; no era fácil. Un niño lloraba gracias al puto loco.
- Me cago en dios, no puedo con los maricones, los fusilaba a estos hijos de puta...
Se oyeron voces discrepantes.
- Qué carajo hemos hecho mal para tener que soportar a este imbécil.
- Que alguien le de la pasitillita al pirado este por favor.
- Algún psiquiatra entre el pasaje, por favor.
Los gays logran hacerse paso entre la abyección, esa bajeza de un paranoico homófobo, y la gente del pasaje. Las azafatas les despiden con cierta disculpa y bastante solidaridad. 
Una vez reconocemos los cadáveres de nuestras maletas nos vamos al hotel. Miren si hay hoteles en Barcelona que el hombre que susurraba a los maricones se va a hospedar en el mismo que nosotros.  El Room Mate Emma, curiosamente futurista y asombrosamente gay. No sé en que estaría pensando Torrente para reservar este alojamiento de la vanguardia galáctica del Eixample. 
Tiene unos amigos; hablan de putas, de copas y de fútbol. Y ríen ad infinitum.
- Jajajajajaja...
Realmente no le interesan las palabras de nadie, salvo como plataforma para engarzar una historia protagonizada por él. ¿Se puede ser más imbécil? Buitre de la palabra, egocéntrico, frío. Deberían sodomizarlo en cualquier antro de Barcelona. 



7 comentarios:

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  2. He conocido a gente despreciable y homófoba como la del relato, siempre les he creído la casua de todos los males. Buen texto, tengo que volver más a menudo a leer por aquí.

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    1. Jordim, mi total admiración por http://jordim.wordpress.com/. Buen calibre.
      Le sigo, aunque no lo sepa, le sigo. Abz

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  3. Javi, cómo la vida misma. Qué bien contado.
    Tenemos la suerte, o no, de tener amigos comunes y de estos, aunque también del bando recalcitrante. Estos son y suelen ser, también mujeres, los que anteponen su excitación escondida e hipócrita, con el asunto de los niños. Ese argumento barato que les hace a ellos padecer una especie de "vergüenza ajena", cuando en realidad lo que están es teniendo una envidia irreconocible; ya sean la pareja de homos o heteros.
    Una vez en un bus, en los primeros asientos iba una pareja muy acaramelada y se contaban chistes tremendos. Uno decía que se encontraba con otro y le preguntaba si él era gay. Respondía que él era maricón, qué era más español. Y aquí es donde radica el problema y la discriminación de los que mal interpretan la palabra los muchos que la oyen y le dan el sentido, antiguo, despectivo que no tiene que tener. Entre ellos se suelen llamar eso mismo.
    Hay un gran vocabulario castellano, mucho más extenso, para tener que usar barbarismos innecesarios. Si hay algún gay, estará por la “Zagzuela”…
    Borja es típico (tópico) nombre usado entre ese pijismo independientemente del de Chueca al barrio de Salamanca, centro o Vallecas. Pero había entonces el apellido Sarasa que se empleaba por entonces a modo de amaneramiento por ser Sarasate quien lo llevaba. Ya sabes aquella historia de Pablo y otras connotaciones. De ahí (silogismo fálico) que si Borja es así y sarasa es asá…¿Puede ser resultado de algo el de Borja Sarasola? Y por ahí andaba yo, que a estos recalcitrantes cualquier cosa les vale para definir a los demás por lo que ven en apariencias cuando finalmente él se queda a pasar la noche en el mismo hotel de los del gusto más delicado. Es de los que gustan criticar la paja en el ojo ajeno, cuando ellos tienen pene en el propio(tergiversación del refrán acuñada por mí hace más de treinta años, es cierto. Hoy ya está extendida)
    En fin, lo leí hace tiempo pero estando con el tiempo y la mente en exámenes no suelo pararme a escribir. Tengo en el blog, en borrador, varias entradas esperando mejor momento; algunas son de esas nocturnas que hago con el gran artista Dani Caxete, cuando salimos de viaje hacia las estrellas. En cuanto tenga tiempo les dejo ver la luz del sol artificial de la pantalla.
    Salud y Libertad amigo Javier.

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    1. Muy acertado tu comentario, y sí , es verdad, hay mucha tontería con el término maricón, y te aseguro que algunos amigos nuestros maricones se llaman entre si como maricón. Pídeme algo maricón, tienes hora maricón, etc. Es un tema de formas en la pronunciación, el fondo ya lo sabemos. Abrazo, merci por todo.

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    2. Y otra cosa, mira del blog de Jordim, es muy interesante. Proyeccions Blog
      Creo que te gustará

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  4. Gracias por la promoción :)

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