lunes, 20 de mayo de 2013

Macarena (23).-


Macarena nació con un nombre de cariño porque quiero intuir que los nombres que provienen de una Virgen están puestos por cierto afecto o devoción. Un aval  de protección para el devoto y la criatura. La gente que viene al mundo con malaventura inicia la vida llamándose Olegaria o Fulgencia, qué sé yo. Es la primera hostia en la boca.  Si te llamas María, Macarena, Rocío, Fátima, Carmen, quizá alguien te buscó una primera custodia. Si te llamas Tránsito empiezas mal; el viaje. En fin, compruebo que existe la Virgen del Tránsito. Pongamos Honorata; no es hermoso, caray. 
Pero Macarena fue confiada al calor de unas bolsas de basura en un portal de Madrid como un residuo orgánico cualquiera en forma de bebé que procedía del polvo canalla de dos hijos de puta. Miserables pobres de mierda. 
Gritó, lloró y sobrevivió. Y la adoptaron otros miserables pobres de mierda, entendiendo la pobreza como el acto de sentirse pobre de espíritu y demás vainas sentimentales. Entendamos psicopatía, desequilibrio, demencia. Persistencia y golpes. Entonces ella quiso ser delincuente. 
Tiene el pelo castaño claro, largo, lujuriante, selvático, con el rizo vivo y grueso (para nada es rizo fino y púbico), el mentón pronunciado como revelación del dolor, la boca insignificante y sutil frente a cierta prominencia en la nariz ligeramente sesgada a la izquierda y un par de luceros verdes como numen y eco, reverberación remota de algún  poema de Lord Byron. Es una chica en lineas generales bastante guapa. Estaría buena a las once de la noche y las cuatro de la madrugada. Debe follar como una tigresa. Lleva pantalón vaquero ajustado, zapatillas converse y camiseta blanca, y tiene la apariencia defensiva de venir al mundo como basura biológica. 
Tampoco sabe muy bien si quiere cambiar su supervivencia criminal y tener una familia. Le pregunto que si quiere entrar en el grupo de literatura de la cárcel y me responde con su expediente del hampa. 
He sido puta, traficante, ladrona, he hecho vídeos porno amateur, participé en el secuestro del presidente de un equipo de fútbol de segunda división, y le rompí una botella de whisky en la cabeza a un proxeneta rumano, pero todavía no he matado a nadie.
A continuación hace una disgresión.
En este pabellón están las nenas, en aquel los marimachos. No hace falta ser lesbiana para follarte a una mujer, pero yo no, a mí me gustan los tíos; todavía. Una vez la Changa me vino con un arnés pegado a una polla de plástico, le dije que al carajo se iba de frente.
Neruda era todo estética,  un poeta cursi que abandonó a su hija, enferma de hidrocefalia, pero dijo algo como: el fuero para el gran ladrón, la cárcel para el que roba un pan. 
Miro alrededor y veo a unas gitanas cantando por los Chunguitos. Dame veneno que quiero morir, dame veneno que antes prefiero la muerte que dormir contigo, dame veneno ay para morir.
La gloria del veneno deambula por la prisión con sedimentos de vidas mutiladas. Y Macarena me pide un café, vamos a hablar del asunto. La literatura, empecemos por el viaje de los que aún no pueden tomar el tren, y tal. 










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