lunes, 16 de abril de 2012

La Vida Nueva.-






Otro domingo que amaneció bonito, con un sol gratificante revelándose suave en la ventana, otra vez la erección involuntaria y la felicidad instintiva. Nos hemos levantado de una de esas radiantes piruetas que tienen los festivos sin resaca de estrés o licores infames. María y yo; y hemos puesto a funcionar la Nespresso con Janis Joplin a toda mecha, Me and Bobby McGee, temazo, Hey, feelin´ good was good enough for me, mm- hmm. Y ahí estábamos, apercibidos por el maldito lunes para ir matando lentamente el domingo por las calles y los bares del Madrid de los Austrias. De repente sonó un teléfono en mitad de la mañana, y una vez más el móvil de María ha sido una especie de espectro electrónico que no aparece por ningún lado, tal vez en el recoveco doscientos treinta y tres de su bolso vigésimo quinto porque el salón de nuestra casa es un museo a la historia del bolso en diferentes magnitudes y calidades. Menos Tous, que lo odiamos. Al tercer intento nos ha localizado nuestra amiga Teresa. Y mi primer reflejo ha sido: dile a Teresa que se venga, tengo ganas de verla. Mary, me ducho, y nos piramos, nena.
Según iba derramando agua sobre mi espalda he notado que se iban apagando los decibelios de Janis Joplin, y el tono alarmante de María al teléfono me iba creando los trazos de un domingo muy diferente, y me ha venido de pronto la dimensión trágica del azar, y ese olor a pescado podrido que tiene el miedo.
A un amigo le habían dado varios infartos de miocardio en secuencia, y el más brutal de los ataques con muerte súbita cardíaca encima de la mesa de operaciones y unos quince sanitarios rodeando ese cuerpo que era exánime pero que se aferraba a la supervivencia, como si estuviéramos viendo la realidad de la vida en torno a una película mal montada, o esa dimensión de los poetas rusos, la vida como una arco iris que incluye el negro. O qué carajo, esa concentración de la vida en un solo instante de pánico. Todas esas paranoias tan lúcidas de Kevin Spacey a lo American Beauty. Es decir: supongo que en lineas generales mi vida ha estado bien y ha merecido la pena vivirla, y aunque me cabreé algunas veces, unas sin razón y otras porque estaba rodeado de hijos de puta,  miren ustedes que ahora me viene de repente toda la belleza del mundo, y mi alma (porque yo sí he tenido entrañas y cierto espíritu y sensibilidad, y creo haberle sido útil al planeta) se inflama del sentimentalismo más verdadero, desmedido y revolucionario que ustedes hayan podido entrever en sus burocráticas vidas, y entonces recuerdo que tengo que relajarme y aferrarme a la vida desde este submundo de horribles cables, goteros y tubos, porque mi lucha tiene motivos de sobra para volver a ver las fracciones de esplendor de este universo que ustedes consideran execrable en esa antesala que les precede de mi presencia enferma, pero ustedes no tienen la lucidez que se tiene en una Unidad de Cuidados Intensivos, ni saben mucho de lo que significa la gratitud por cada coyuntura e instante de sus vidas infrautilizadas. Diría que algunas de sus vidas han llegado a ser patéticas, porque no han entendido nada. Y ustedes no saben nada de lo que yo les estoy hablando, pero no se preocupen, yo sé que algún día lo entenderán. Tal vez yo les explique.
Yo sé que Santiago (un amigo de la vida y muy conversador acerca de las chorradas que servidor cuelga de vez en cuando en esta bitácora) volverá con un corazón nuevo y con una perspicacia y  clarividencia vital, de la que ustedes y yo adolecemos. Yo sé que nos volveremos a ver y nos irá explicando en que consiste la vida. Yo lo sé. Él ya sabe mucho más que todos nosotros.

8 comentarios:

  1. Muy bonito y mucha suerte, b, marta

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  2. Es una pena que tengan que ocurrir estas desgracias –siento mucho lo de tu amigo- para recordarnos que debemos de vivir la vida a tope porque hay mil cosas que merecen la pena…

    Y hay que ver como un domingo que pinta bastante bien se puede tornar en un instante en dramático...

    un abrazo y a disfrutar cada segundo de esa nueva vida, con mucho Janis Joplin de fondo…

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    1. Muchas gracias Dirty. Santiago sigue luchando en la UCI, y lo va a conseguir. Un abrazo.

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  3. Caray; de unos planes dóciles para un grato día se puede pasar a otros distintos en tan sólo diferentes informaciones. Bien explicado, como siempre; aunque, tal vez, demasiados barbarismos...? Supongamos, cada segundo vivido, carpe diem. Eso.
    Breves, amigo.
    Deica

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  4. La maraña de sentimientos que muestra la entrada es demasiado real para que no lo sea (real, ya sabes; ojalá fuera un relato, pero no). Un beso enorme, y mucho ánimo para Santiago y para todos los que le apreciais.

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    1. Un besazo Lili, va respondiendo a ciertos estímulos pero el proceso será lento. Carpe Diem

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  5. Escribes hermoso como hermosas son las letras que leemos
    mil besos

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