lunes, 10 de septiembre de 2012

El Futuro era Chungo.-

Queridos, ya estamos aquí. Fueron años de dura lucha, os dejasteis la piel en el camino y papá tenía razón. Ahora tenéis la gratificación y yo mismo os daré un abrazo gratis, de esos de Malasaña, llegado el momento. Cuantas veces os levantasteis a las seis y media y cuantas horas de estudio en la madrugada, cuantas veces rechazasteis el amor chungo para buscaros la identidad y cuantas veces os mirasteis en el espejo de Mario Conde o cualquier triunfador honorable de la época. O no lo recordáis. Que esos cleptómanos financieros fueron un día venerables y honrados. Pues ya tenéis en escena el veredicto. Antes habíais triunfado e incluso vuestros espejos reflejaban la ausencia de culpa y el rostro de la victoria. Todo iba bien, incluso peligrosamente genial. Entonces el altruismo y la felicidad se llevaban bien, y los viejos salían más contentos de la Caixa que de aquellos shows de chicas borderline que hacía Lina Morgan, y la Coca-Cola decía cada minuto de nuestros vidas que era todo de puta madre, que le gustaban los gordos, los maricas y los dictadores, pero la realidad era y es esa existencia que nosotros vamos creando y cada vez somos menos capaces de todo, y aquella vida que parecía un paseo a dieciocho grados en la primavera, fue avanzando a lo que es la vida en su sentido trascendental o trágico.
De verdad, os felicito y me alegro por todo lo que habéis hecho, ahora que vivís el presente más que nunca ante lo aterrador del futuro, precisamente porque la vida que nos han fabricado en la segunda década del siglo XXI pende de un hilo, yo os emplazo a mantener muy vivas la realidad, la esperanza y los estados afectivos; es la única manera de lograr la dispensa, la protección frente al mundo exterior. 
Vale Balzac; en las grandes crisis el corazón se rompe o se curte.






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