viernes, 16 de diciembre de 2011

Mi amiga, una Lesbiana Traidora .-


El otro día estuve con una amiga que es una de especie de homosexual disidente, no sé como explicarles, una lesbiana heterodoxa, fiel por una parte a ciertas tradiciones del Orgullo y hereje de otras prácticas que ella misma bautizó como la feria de Madrid. Una traidora. No, Marta no es una lesbiana pija de Lagasca, tipo cualquier infanta masculinizada con jeep cherokee,  pantalones planchados y cola de caballo. No, no viste como para ir a comprar los canapés al Mallorca. No. Marta es malasañera, una clase de esas indies del tipo trendy que unas veces parecen leñadoras y otras granjeras de Kentucky; está buena, es una militante honesta  y lleva grabado a fuego mejor que muchos camaradas eso que llaman la igualdad sexual. Ahora les diré: últimamente me estoy acostumbrando a mirar desde lejos a la gente; y las personas que yo miro desde la distancia de los años crecen; es decir, si yo me reconvierto en centinela de la lejanía desde un mirador transparente, noto que la mente se libera de cualquier resentimiento o carencia, y veo honestidad y nobleza, que es  para lo único que valen los amigos. Para ser honestos y para ser nobles, disculpen el exceso. Y Marta es una cosa y otra. 
El problema de Marta es que no es solidaria con el colectivo. En fin, al parecer a la niña no le gustan las carrozas, ni los paseos multitudinarios y adiposos por Gran Vía, ni la matraca de Camilo Sesto. Incluso me confesó que nunca había follado en metro Chueca, ni en el parking de Vázquez de Mella, ni había subido al Oscar Mate a tomarse una copa con Asdrúbal, el borderline. Fue una vez al Why Not y acabó horrorizada y con una resaca de colores por el puto garrafón que ponen en ese local de Madrid y por los macarras albano-kosovares que tienen de porteros. A Marta no le pone verle el cuello del útero a Malena Gracia y a Yola Berrocal en la contemplación del desfile. Ni ver potar a Jorge Javier Vázquez, espectáculo por el que yo pagaría, ya les aviso. No sé, es rarita esta chica. Una guay de lo art decó a lo Tamara de Lempicka, una pirada, una mártir pseudocultureta a lo Virginia Wolf. Joder, hay que sufrir Marta. Da igual pagar agua a precio de gin tonic, y un miserable mojito de caldo azucarado a precio de cocaína. Hay que atravesar los conductos de Gravina y Augusto Figueroa, reventarse la vejiga, rozar los cuerpos sudoríficos, sentir los tejidos adiposos de la comunidad, Marta, de tu colectividad.
Querida, te recuerdo una posición que ya apunté en la primavera: Entre medias de la cocaína, las blow-jobs, los anabolizantes y el maldito por amor tengo el alma herida, por amor no quiero más vida de su vida, melancolía, que acuda por unos momentos el talento. Y ya no puedo más, siempre se repite la misma historia, decía ese colega. Pues vale. Eso era. 



  

3 comentarios:

  1. ¿Qué problema tiene Marta? Any one. Tan sólo que aquello de "Circo y Clonacepán" no va, afortunadamente, con ella.
    Existe vida más allá de Chueca (y eso que en los últimos 20 años Chueca es bello como un paraiso, como el paraiso que han construido sus moradores). Existe vida más allá de Chueca, e incluso, existe vida antes de la muerte.
    Besitos. Y salud para disfrutar de la Vida.
    Carmen K.
    http://gastronomiaflamencopunk.wordpress.com/2011/12/13/tictactictactictactictac/

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  2. Bos días amicus:
    Bueno, parece que eso lo repite mucho a Punset.
    Creo que es una persona discreta y que tiene, más que va por ahí a voces, claro quien es y que quiere ser de mayor...jeje.
    Tú o yo no vamos a todas horas por ahí diciendo:
    - Soy hetero, soy hetero...venid todas, venid, venid...Soy libre cómo un taxi...venid, venid...
    Bueno, al menos yo, tú no sé.
    Breves saludos con teais.
    Deica logo amicus...

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  3. Carmen, como vecino de Chueca y morador de 10 años, te digo su belleza es a intervalos, digamos de estética intermitente, por esa cosa manida de unificar el buen gusto homosexual, y no es así, se han hecho negocios esperpénticos, se han destrozado fachadas de locales de principios de siglo y para limpieza, no es Oviedo, ni por asomo. Besazo.
    Hombre, Beato, yo entiendo que han estado puteados a lo largo de la historia, y sí puedo entender la reivindicación, pero también creo que podía ser una fiesta más cuidada, bonita, cultural y regada de alcoholes dignos. Abzo.

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