jueves, 6 de octubre de 2011

Porno y Amor.-




Hubo un día en el que Alice Belletti decidió que no quería tener el negocio entre las piernas. Aunque yo creo que lo tenía, el business, en mayor medida, en la boca y en el culo. Desconozco los motivos, pero jugando a augur de los destinos de una profesional del porno, se me antojan que esos paralelismos que anunciaron entre  la felación y el cáncer de garganta pudieran tener su peso, aunque después de habérselas tragado dobladas durante una década y no desarrollar ni siquiera la infección por el virus del papiloma humano, dudo que tuviera que desarrollar algún tumor maligno, no obstante, también es sabido y no quiero ser pitoniso de lo chungo , que el cáncer tiene sus efectos retroactivos. Pero a fecha de hoy, Alice ha vivido sus 64 años de vida, exenta de cualquier tipo de miserable carcinoma, lo cual me produce una alegría insolente y muchísimas ganas de seguir abriendo botellas de vino. Y luego, segundo motivo, que tras su película 145, después de haberla mamado unas 725 veces, y ser sodomizada otras tantas por otras tantas pollas y diversos enseres, parece que se enamoró de un tipo que no era de la industria, como dicen los americanos, de pene normal y vida ordinaria, que rechazaba con vehemencia mantener una relación con aquella miss blow job de los ochenta. Y así se lo dijo: Alice, empezamos desde cero, tu pasado es escabroso pero lo vamos a olvidar, y para ello lo primero que has de hacer es desecharlo, y eso no tiene que ver más que con tu retirada. Sí, Henry, me muero por tu caricias y por tu pene normal, le dijo ella etérea en aquella nube en la que no le iban a dar por culo y que la transportaba sigilosa, feliz. Bienvenido al mundo de Alice, que acaba de nacer, el pasado no existe Henry, el pasado es una pompa de jabón rota en mitad de la atmósfera. ¿Qué queda de la pompa de jabón? Nada. ¿El porno? No sé que es el porno. Ni siquiera sé mucho de Alice Belletti, apenas me he podido conocer en estos cinco minutos de vida. A continuación hicieron el amor con una suavidad casi hermética, los movimientos acompasados a un lento viaje casi tántrico que expiraron en su ligereza cuando Henry giró la velocidad hacia los vértigos del pasado y dio origen a unas acometidas violentas. Porno duro americano. La tomó por detrás y empezó a imaginar la escena con Jim Dick en El fontanero siempre folla dos veces, y ella sabía que Henry estaba pensando en Jim Dick, y que iba a arrepentirse en la culminación de haberse metido en las salvajes entrañas de Dick. Entre jadeos ella le dijo: puedo matarte si acabas en mi cara. Henry  dijo: no te preocupes mi amor. Pero a continuación habló Jim: se nota que te la han metido quinientas veces zorra del diablo. Al momento la cogió del pelo y agarró su cuello de la misma forma que antes había hecho Dick, con una intensidad breve pero agonizante, y Alice le dio un codazo en la nariz, que le dejó un poco aturdido y unas cuantas gotas de sangre mancharon las sábanas sobre las que ella lamentaba el primer imprevisto de su corta y reciente vida. Y le dijo a Henry que se fuera y que no era la persona adecuada para afrontar una nueva existencia. Y mientras Henry marchaba con la abatida humildad del derrotado, totalmente inconcluso, sexual y moralmente, Jim rodaba la tercera parte de El fontanero siempre folla dos veces. Y Alice salió a respirar el aire de los parques en el reinicio de su vida, buscando a alguien que no metiera a Jim Dick en la cama. Era sencillo. No exigía demasiado. Para eso, le hubiera gustado tener una cámara delante, un bote de vaselina y un talonario. 
P.D. Hablo de las ruinas, de los excedentes de la vida golfa, de la carga y el embalaje que lleva consigo una puta o una actriz que hace de puta, del descrédito y de la infamia en una sociedad ruin y justiciera. 

1 comentario:

  1. Yo creo que cada uno se debería encontrar en esa situación, pero yo creo que los celos no podrían conmigo...

    besicos

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