lunes, 17 de octubre de 2011

Hitler, el Mal, el Negocio y el Éxito.-


Que el éxito ha venido consecuencia del mal, y los pijamas de rayas han asolado los aeropuertos, a mí no me cabe duda. Incluso me atrevería a decir que la literatura consecuencia del mal, que viene a ser la reivindicación del bien, tiene poco talento (a menudo). ¿Se han preguntado alguna vez que sería de sus vidas sin el Holocausto? Ustedes no habrían visto Schindler´s List, ni La Vita è Bella, ni The Pianist. Ni habría escritores judíos con la matraca del dolor o supervivientes o intelectuales anacrónicos y oportunos de la expiación judía. Ni musicales, ni docudramas, ni tantos premios Nobel, que ahora serían anónimos escritores sin ningún enigma para la sociedad, ni oscars, ni medallas de condecoración y National Geographic se habría tenido que buscar la vida en unos quinientos documentales. Vaya negocio, el Holocausto. Cuántos dolares alrededor de la masacre. Un galardón, una retribución millonaria y una mansión en Honolulu gracias a la artesanía de la tinieblas y la vileza que fueron escribiendo una banda de hijos de la gran puta, encabezados por Adolf Hitler. ¿Saben que mamá Klara estuvo a un tris de abortar a la alimaña? Como habría dicho Albert Camus, la bestia salvaje fue soltada al mundo. Y llegaría un éxito inter-morbosohistóricocultural con esas dimensiones ya reconocidas.
¿Acaso no han utilizado Hitler o Nazi, a modo de descalificativo con algún amigo en la taberna? Yo, muchas veces. Todo viene de lo que viene. El negocio y el costumbrismo. 

Curioso, Hitler era poca cosa, más bien feo y tenía poca sustancia, pero siempre grandes imbéciles nos han metido en grande líos. Uno de ellos es Chaves, más feo aún que Hitler, y que se ha caracterizado por seguirle la corriente. Dar un golpe de estado y fracasar. Acto seguido, presentarse a unas elecciones y arrasar. Igual que Adolf. La gente también debe ser imbécil. 

Luego, la historia casi todo el mundo la sabe. Nace en Braunau, se le joden los pulmones, se recupera, con dieciséis se hace nacionalista, viaja por Viena, odia a todo dios, pinta unos cuadros de mierda, se le mete en la cabeza que la primera guerra mundial le va a cambiar la vida, echa la culpa de la derrota a los judíos y los marxistas, le da un ataque de ansiedad, se purifica en la montaña, hace deporte, se deja un bigote ridículo, por poco se queda ciego pero se salva el hijolagranputa y empieza a aborrecer a los judíos. Aparte, ¿qué se podía esperar de un abstemio, ecologista, vegetariano, y radical anti-tabaco? Yo, que no tengo ni una de las cualidades, me pondría lejos de un colega así. Ahí hay un higienista racial. Y sufrimiento. Y luego negocio. A la vista. ¿Cuántas veces nos han recordado el infierno? Tomen una copa de vino y coman carne roja, he ahí el bien.







4 comentarios:

  1. Y fúmense un cigarro y vayan a los toros. Porque lo único que no hacía el moderno de Hitler era ser antitaurino, ¿no?.

    Estoy totalmente de acuerdo Javier, yo también lo he pensado muchas veces, la pasta y el oportunismo que ha generado el holocausto... No interesa enterrar a esos muertos; desde luego su memoria histórica es perenne. Amén de lo hitlerianos que se han vuelto ellos en otras tierras.

    Sigue Javier alimentando nuestra lectura, gracias.

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  2. Muy acertada la posición del dinero en el tema holocausto. Marta. b

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  3. Rocío, Hitler sería anti-taurino, le preocupaba sobremanera la defensa de los animales, de una manera brutal, implantó leyes tremendamente protectoras de los animales. Un besazo, Ro

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  4. Peazo filete semi crudo de potro me he comío hoy. Pero con cocac. light. Se puede ser más cutre? Sí.

    El marco de oro de la foto de la víctima no la hace menos víctima ni la resucita.

    Qué tendría el enclenque para k tanta peña le chupase el culo? Porque hombres malvados nacen a montones,pero no llegan tan lejos...

    Bsazo

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