lunes, 7 de mayo de 2012

Osos Panda y Elefantes.-

Un coche negro. Un Audi A-8 de inyección directa y cuatrocientos cincuenta caballos atraviesa José Abascal y la prolongación de María de Molina dirección Hospital San José. Los gitanos cojos de la mafía de Transilvania se acercan a los cristales tintados y la reina mira una revista de osos pandas de una ONG del zoológico de Chapultepec en Ciudad de México dirigida por una banda de fresitas de Louis Vuitton. Doña Sofía no levanta la mirada al mundo de la mafia rumana, porque es ver un oso panda y sufrir una absorción mental en mitad del abismo osezno; y reflexiona con el trasfondo de la sonata para clarinete y piano op120 de Brahms sobre lo que hubiera hecho con las pelotas de don Juan Carlos si hubiera participado en una cacería de osos panda, digamos, en una selva del norte de Tailandia. Le dice a Sebastián que pare en el Vips de María de Molina, y un guardaespaldas se dirige bien adiestrado a por el pack diario de la reina: dos coca-colas light, una cajita azul de smints de menta y el National Geographic que trae una crónica especial en la sección Reino Animal Mamíferos del oso panda gigante en las regiones montañosas de Sichuan. Un nuevo tropel de rumanos lisiados hostiga el camino de la salvaguardia real, un gorila de Leganitos, y un reportero de telecinco conecta de inmediato con el programa Sálvame para asegurar que las palabras del escolta han sido: quita bicho, quítate de ahí cojones, no me interceptes el paso que me pierdo y estoy trabajando gilipollas.
La reina lee el baby boom 2005 del oso panda, la madurez sexual y la gestación del embrión y suena la obertura trágica de Brahms. Solo habla para decirle al chófer que baje la temperatura a 17,5 grados, y por una torpe maniobra de Sebas se intercepta una melodía odiosa:  que la detengan, que es una mentirosa, malvada y peligrosa, yo no la puedo controlar.
- Siento mucho asco con esa canción, Sebas, que vuelva Brahms, por favor, por mi madre, Federica de Hannover, por favor. Bastante tengo con el cedé de Operación Triunfo que siempre está poniendo mi nieto, el pieza, Froilán - comenta abstraída doña Sofía.
El director del hospital anda un poco arqueado, como si tuviera un universo de escozores e irritación en la entrepierna, y la recibe con una genuflexión  del siglo XIX. 
- ¿Dónde está el abuelo? - pregunta con una afectación ciertamente forzada; gesto estreñido. A continuación sonríe a las cámaras y saluda con la palma de la mano derecha muy a ralentí, slow motion. 
Sube en el ascensor con un buen amigo, de absoluta confianza, Paco Peñalver, el presidente de la Sociedad Española de Cirugía Ortopédica y Traumatología, y habla de meteorología.
- Está el tiempo igual de revuelto que los Borbones, Paco, que parecen todos medio gilipollas, mira, no me hables que tengo un disgusto. 
- Ya Sofía, ya, te la están dando bien, paciencia, mantén tu sitio, un día comemos en el Telégrafo y hablamos. Tienen unos espárragos de Haro a la plancha maravillosos. El abuelo está en la 202. Te espero aquí. Suerte.
La reina atraviesa la puerta y contempla a don Juan Carlos postrado en la cama y leyendo Mundo y Motor. A sus pies hay un ejemplar de Intrepid Safari.
- Buenos días gilipollas, ¿qué has hecho ahora?
- Ya ves Sofía, un tropezón, me he equivocado, no volverá a pasar, jejeje.
- Pero Juan Carlos, por favor, qué pocas luces.
- Ya lo sé cariño, que tú eres la más equilibrada de la familia, me pongo negro mirando a los yernos y a la niñas, vaya joyitas de la corona, Sofía, jejeje.
- Pero por Dios Juan Carlos, me puedes explicar qué coño hacías matando elefantes, con lo nobles, cariñosos y humanos que son...Arggghhh...Mira, llega a ser un oso panda y te corto los huevos. De verdad, qué sindiós de casa, qué anarquía. Por Dios, por todos los santos y por nuestra Señora de la Geróntisa, eres un canalla.
- Jejeje... Yo soy el campechano, Sofía, no lo olvides... Anda vete ya , que me van a meter a Corinna de extranjis.
- Arggghhh, gilipollas, que sois todos unos gilipollas. Qué familia. Que te la chupe un mono, o mejor , que te la menee un elefante. Adiósss.
En el exterior abordan decenas de periodistas y cámaras buscando las últimas palabras.
- Buenos días a todos, el Rey está muy bien, no se preocupen, gracias a todos por estar aquí. Con la fortaleza que tiene lo superará sin problemas. Gracias, buenos días.


3 comentarios:

  1. Y tengo un título para una de mis entradas en el blog que diría así: ¿Todo lo que le pasa al rey, es real?...o "todo lo que le pasa al rey, es real.
    [por definición sí; por lo otro es pura hipocresía o fareismo] Apariencias.
    Aunque sea o no verdad
    Breves saludos d;D´

    ResponderEliminar
  2. Jajajajaja!!! Si es que han salido todos muy borbones... Hasta la reina tiene ese aire borbón que me lleva a preguntarme si en el pasado no habrán tenido líos amorosos los tatarabuelos de la reina con los del rey y por eso son tan... borbones :P
    Besos!

    ResponderEliminar
  3. jajaja, mucho borderline por metro real

    ResponderEliminar