A mí lo del juez Castro me ha molado y me parece toda una declaración de intenciones. Viene a decir: para qué viene usted aquí. Supongo que lo saben, si tienes un duque enfermo de amnesia en el estrado, cabe esta literalidad judicial: Para decir esto, es mejor que no hubiera venido a declarar. Y así fue. Yo lo veo muy sagaz y diáfano, aunque no nos hayamos enterado de nada, pero voy más allá, con independencia de las tropelías de Urdangarín. En el mundo de la demagogia donde todo es populismo y palabras desérticas y deshabitadas de toda realidad, me hubiera gustado a mí tener a un juez Castro hablando nítidamente desde el barullo. Más o menos lo de Goethe, la tendencia a poner palabras donde faltan ideas, en nuestros mítines políticos, platós de televisión, y porqué no, en nuestra vida cotidiana. Cuántas veces han interiorizado ustedes el pensamiento. Es decir: para qué ha venido usted aquí.
En el caso del duque amnésico no tenemos palabras, ni tenemos ideas. Principalmente, un olvido acojonante, quiero decir una amnesia tipo senil, al estilo Marujita Díaz, una acusación tenaz a su socio Diego Torres, que tendrá ganas de hacerle un harakiri, y todas las exenciones de imputación para la Infanta Cristina, porque eso lo han dejado bien clarito desde Royal Palace, no les quepa duda. A Cristina ni me la toques, que yo por ésa mato, de parte del campechano de las estampitas.
Lo demás ya lo intuyen. Tenemos un país con más republicanos que nunca gracias a las joyas de yernos que le han elegido las niñas al Rey, ante el gran paipái de posibilidades, desde Harvard hasta Suecia pasando por Dinamarca. (Empiezo a plantearme paralelismos entre la altura y la estupidez humana). Pero la cagaron, la una y la otra. Tenemos republicanos esenciales. Monárqucios convencidos. Y tenemos gente con el único deseo de que la Corona no de motivos para la instauración de otro régimen. Se me ocurren dos disyuntivas, primero, que alguien le hubiera explicado estas cositas tan básicas al colega, y segundo que el cura de la boda en la catedral de Barcelona, hubiera sido visionario y se lo hubiera soltado: Para qué viene usted aquí.
Clarificador el juez y el artículo, Marta, b
ResponderEliminarJavier, aquí y allá, las cosas se parecen mucho, lamentablemente.
ResponderEliminarUn saludo desde Argentina.
HD
Al menos, que haya jueces sin precio. Un abrazo.
ResponderEliminarGenial. Uno de los mejores paralelismos, o para-lelismos, que has escrito. Nos veremos con calma, cuando la tengamos; para entonces nos podríamos decir eso mismo?...jeje
ResponderEliminarBreves
Hola Javier, este comentario me parece magnifico, es verdad que como en todos los casos de personas conocidas… los jueces deben tener un papel importantísimo pero claro, el yerno del rey me parece que va a ser intocable, por eso me ha encantado tu entrada, y de momento el ya esta en su casa americana, a otros con menos lo dejan detenidos hasta que se celebra el juicio, pero no todos los jueces son valientes.
ResponderEliminarHe pasado unos días de vacaciones, diríase que como los niños en el colegio “Semana Blanca” y al regreso encontré tu comentario en mi blog y de corazón de doy las gracias. Un abrazo.